Poblet y Montañas de Prades, Císter y bosques

Poblet y Montañas de Prades, Císter y bosques. El Espacio de Interés Natural de las Montañas de Prades forman parte de la cordillera prelitoral catalana conformando un conjunto montañoso de 260 km2 que se eleva súbitamente al norte de la llanura del Camp de Tarragona, configurando un territorio que aspira ser Parque Natural y que abarca municipios de Albiol, Alcover, Arbolí, Capafons, Cornudella de Montsant, Espluga de Francolí, La Febró, Montblanch, Montreal, Prades, La Riba, Vilaplana, Vilanova de Prades, Vilavert y Vimbodí i Poblet.. Es una zona privilegiada para los amantes del turismo cultural y deportes de montaña. Dentro del Espacio Natural de las Montañas de Prades se encuentra el Paraje Natural de Poblet en los términos municipales de Vimbodí i Poblet y de L'Espluga de Francolí. A destacar el Bosque de Poblet, uno de los mejor conservados de las comarcas de Tarragona y donde se localiza la única comunidad de roble melojo de Cataluña. El Paraje les ofrece tres itinerarios señalizados. Asimismo hay que reseñar muy especialmente el monasterio de Santa Maria de Poblet que es el convento cisterciense habitado más grande de Europa y que está declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. A partir de la Puerta Real se inicia una visita guiada por las distintas dependencias de la antigua clausura. Destaca la iglesia de Santa Maria de Poblet, con el retablo de estilo renacentista, el claustro con el lavatorio, la sala capitular, el refectorio y la biblioteca. En Poblet se encuentran los Panteones Reales de la Corona de Aragón. El monasterio alberga dos museos: el de Poblet, con pergaminos e incunables de gran valor, y el de la restauración. Las Montañas de Prades, según el Patronato de Turismo de Tarragona, es un excelente ejemplo de montaña mediterránea, dominada por un relieve tabular, con elevadas calmas -como los Motllats- rotas por riscos y barrancos construidos sobre una geología compleja, con materiales tan sorprendentes como el gres rojo y las calcáreas blancas de sus riscos, o los granitos y esquistos de algunas laderas, además de profundas cuevas y simas. En estas montañas nacen diversos ríos importantes, tales como el Francolí, el Brugent, el Siurana y la Glorieta, nutridos por una pluviometría relativamente elevada y con bastantes rieras que se dirigen hacia el Camp de Tarragona. Su riqueza natural radica en la gran extensión de sus bosques, con grandes encinares y pinares de pino blanco en las partes bajas y de pino rojo en las partes altas. También hay numerosas extensiones de robledos, entre las que cabe destacar la robleda de roble rebollo, única en Cataluña, y que se extiende alrededor de la loma de la Baltasana, la cima más alta de estas montañas con una altitud de 1201 m. En zonas altas o sombrías son comunes el acebo y el tejo, especies vegetales protegidas, además de otras especies propias de zonas más frías y húmedas que encuentran en estos lugares sus reductos más meridionales. Diversas fuentes y riachuelos alimentan estos bosques en los que habitan el gato montés, la ardilla, la musaraña común, el jabalí o la comadreja, y muchos pájaros forestales como el azor, el gavilán, el búho chico o los pequeños herrerillos. Dominando las alturas se puede distinguir al águila real, al águila perdicera e incluso al halcón peregrino. Bosques autóctonos llenos de vida que han perdurado inalterables con el paso del tiempo, el corazón de las montañas de Prades todavía palpita y nos traslada a restos todavía visibles del antiguo empedrado de caminos tradicionales que el hombre utilizaba. Vistas increíbles y mil rincones por descubrir que crean ambientes y espacios difíciles de comparar. Para los amantes del Medievo recomendamos, por otra parte, visitar además del monasterio de Poblet el Conjunto Histórico Artístico de Montblanc, capital de la Conca del Barberá, con una muralla de kilómetro y medio de perímetro y treinta y una torres. La oficina de turismo está en la antigua iglesia de San Francisco. La porticada Plaza Mayor, las iglesias de La Mayor, Sant Miguel y San Marçal, el convento de San Francisco, en antiguo hospital de Santa Magdalena, barrio judío, palacios Real y del Castlà, así como el Puente Viejo son algunos de enclaves más visitados por los viajeros.