Templarios en Tarragona, castillos a espada. La Ruta Domus Templi (Casas Templarias) la promueve un Consorcio integrado por los ayuntamientos de Monzón (Huesca), Lleida, Miravet (Tarragona), Tortosa (Tarragona) y Peñíscola (Castellón); ruta que pone en valor turístico-cultural una serie de castillos, conventos, torres, iglesias y conjuntos urbanos construidos en los dominios templarios respectivos de algunos enclaves señeros en la Corona de Aragón. En lo que ahora nos concierne vamos a centrarnos en la provincia de Tarragona, especialmente en Tortosa y Miravet.
En Tortosa, junto al Ebro, la Orden de los caballeros-monjes templarios tuvieron en su posesión su fortaleza a partir de 1182 y que está declarada Monumento nacional, llamado castillo de Zuda de de Sant Joan. El recinto contiene el único cementerio árabe al descubierto de Cataluña y un parador de turismo. De la antigua edificación se conservan las murallas, arcadas de acceso al recinto, la nave del polvorín en forma de bóveda, una sala con ventanas triforadas, el patio de armas y un importante conjunto de galerías subterráneas.
Durante la Fiesta del Renacimiento, que generalmente tiene lugar el tercer fin de semana de julio y está declarada de Interés Turístico Nacional, el Paseo de Ronda de la Suda se convierte en el escenario del Mercado de Época y el Patio de Armas se ubica la Muestra de Oficios. Habitualmente, en el recinto fortificado se escenifica alguno de los espectáculos teatralizados. La cima en la que se encuentra ofrece una privilegiada visión de la ciudad y entorno. Por otra parte, cerca de Tortosa aún subsisten algunas torres del Temple que sirvieron de vigía y defensa, como las del Prior, la de Burjassènia y la de Campredó.
Tortosa, por otra parte, es una ciudad monumental. Sobresale su catedral de Santa María con una gran unidad estilística gótica aunque no se concluyó hasta el siglo XVIII. De la etapa renacentista sobresalen los Reales Colegios, especialmente el de San Jaime y San Matías. También hay que reseñar el recinto amurallado que serpentea por las colinas de Tortosa con variedad de portales, fortines y conjuntos defensivos. Igualmente vale la pena callejear por su judería. Además tiene diversos edificios modernistas construidos a partir de finales del siglo XIX.
En el s. XII, el conde-rey Ramon Berenguer IV, con la ayuda de los templarios, reconquista nuestras tierras, primero Tortosa, en 1148, y después Miravet, en 1153, y es el 24 de agosto de este año cuando el conde cede a los templarios el castillo y las tierras de los alrededores (castillos y términos municipales de Gandesa, Corbera, Batea, Bot, Pinell, Rasquera, Benissanet y Algars), es decir, buena parte de La Ribera y La Terra Alta de Tarragona.
El castillo de Miravet es impresionante y a finales del s. XIII fue la sede del Maestre del Temple en la Corona de Aragón por ser prácticamente inexpugnable. Conserva muchos elementos arquitectónicos en su recinto inferior (barbacana, caballeriza, cisterna, capilla, cuatro torres, murallas) como en el superior (cuarpo de guardia, algibe, patio de armas, cocinas, refectorio, granero, almacén, bodega, galería, iglesia, terraza superior, torre del tesoro, sala del comendador). Las panorámicas desde la muralla y la terraza son impresionantes. Además el pueblo tiene también otros atractivos turísticos que el viajero agradece, así como un punto informativo del castillo y de la ruta Domus Templi.
Podemos después recorrer algunos de los citados enclaves templarios de los alrededores de Miravet entre ellos Gandesa, para lo cual debemos dirigirnos a ver la iglesia de Santa María y detenernos a contemplar especiamente su portada románica con influencias islámicas. De su castillo sólo queda un viejo almacén al que llaman "la presó" (la cárcel). Igualmente dependiente de Miravet estuvo la subencomienda de Algars, formada por los municipios de Batea (tiene soportales encantadores), Algars (un arco queda del castillo, véase igualmente la capilla de San Joan), Pinyeres (iglesia de la Transfiguración) y Almudèfer (véanse aquí el castillo y al capilla de Santa Ana). En Nonaspe puede verse el castillo templario de planta hexagonal y en Horta el convento de Santa María de los Ángeles, sede de la encomienda templaria y de la cual dependían las villas de Bot, Arnes, Casres y Pat de Comte. Templaria fue también Ascó que fue encomienda autónoma a la que estaban sujetas las localidades de Torre de l´Espanyol, la Fatarella, Vinebre, Gorrapte, Vilalba, les Camposines, Riba-Roja y Berrus.
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